top of page

Carolina Herrera sin Carolina Herrera


Es la diseñadora latinoamericana más importante del mundo. Una leyenda viviente. Su nombre en la industria es tan potente como el de Gabrielle Chanel. Carolina Herrera es sinónimo de elegancia, sofisticación y trabajo. Ella fue mujer empoderada mucho antes de que supiéramos que existía la palabra empoderada.


Verla en la semana de la moda siempre es un highlight. La conocí hace seis años, y no creo que ella sepa quién soy, pero en cada encuentro me devuelve una sonrisa. Incluso cuando hace dos años sin querer me quedé en el backstage más tiempo del que me correspondía y cuando me di cuenta estábamos solamente las modelos a punto de salir a la pasarela, los técnicos, ella y yo. Tengo ese momento grabado en mis favoritos del teléfono.


Me perdí el desfile despedida, y haber presenciado la primera colección que no lleva su firma (ahora está al mando de Wes Gordon, ex Tom Ford y Óscar De La Renta) es realmente un privilegio.


Fue un excelente comienzo para el joven modisto. Los estampados florales, los lunares y la paleta de colores eran absolutamente Carolina Herrera. Las siluetas ultrafemeninas, la típica camisa blanca reversionada y los vestidos de gala, todos inspirados en fotos de los años setenta, fueron un auténtico homenaje a la esencia de la creadora venezolana.


A la salida del desfile, otra vez de casualidad, me encontré con ella. Nos saludamos (insisto en que no sabe quién soy pero es extremadamente respetuosa) y cuando la felicité me dijo que no merecía ningún crédito porque ella era una invitada más.


"La educación es el principal vestido para la fiesta de la vida", dijo alguna vez la señora Herrera. Cuánta razón tiene.




Comments


bottom of page