En una hora recibí, de la nada, dos whatsapp de amigas que no se conocen, y que jamás se han visto, preguntándome dónde podían comprarse un traje de baño. Una me dijo: “Decidí que es hora de pasar al entero. Puede ser buen tema para tu blog indeed”. Y la otra me puso: “No sé qué es peor, bikini o entero… qué terrible ser mal embotellada. De eso puedes escribir jajajaja”. Así que heme aquí, porque definitivamente hay un issue. ¿Hay una edad para abandonar el bikini?
Soy tan target de este tema que acabo de estrenar mi primer traje de baño entero. Creo que hace 35 años no usaba uno. No tengo ni fotos. Pasé del calzón sobre el pañal a unos bikinis diminutos que tenían frutillas o piñas en el sostén (para cubrir el pezón) y de ahí salté a los de Caro Cuore. Así hasta hace unos diez años, cuando empecé a comprar en Victoria´s Secret (una vez fui con Pampita a una tienda en Miami y nos compramos el mismo. Ella small, yo large y sobreviví para contarlo). Me gustan porque tienen esa costura en el poto que hace que mi inmensidad se vea menos mal, y además porque se pueden intercambiar tallas de las partes de arriba y abajo, esencial para mí porque soy más chiquita de busto que de cadera.
Con eso estaba ok hasta que me contactaron por Instagram de la marca Agua Color, que hace trajes de baño en Chile para toda la curva de tallas. Desde petit hasta XXL, y me mandaron uno de regalo, que yo elegí.
Cuando me lo puse y me miré al espejo realmente me gusté. La panza se veía plana, no necesito contener la respiración al caminar y encima como tiene vuelos en los hombros me tapa la parte del brazo que no me gusta. Básicamente volví a verme bien en traje de baño, y creo que el secreto efectivamente está en el modelo. Así que decidí que el bikini cumplió un ciclo. Como la minifalda, o el short corto y entero roto. Divertido, pero ya no puedo caminar con eso por la calle porque no me siento cómoda.
No creo que sea correcto hablar de prendas prohibidas para cierta edad porque cada uno es libre de elegir cómo vestirse, pero la línea entre verse bien y verse ridícula capaz sea demasiado delgada. A veces son nuestros propios hijos los que nos marcan ese camino: “Mamá de verdad te vas a poner esoooo”. Y una de cada mil veces tienen razón.
Tenemos la gran suerte de que la oferta de modelos de trajes de baño enteros es realmente gigante. Antes eran aburridos, para mí eran como de vieja. Pero ahora son uno más lindo que el otro en todos los retails y también en tiendas especializadas como Touché, que son una maravilla. Con y sin push up, con tiras gruesas o finitas, más o menos cavados, listos y estampados. Usaría casi todos, menos los animal print porque creo que para ir a la playa con un estampado de tigre o vaca hay que creerse realmente la muerte, y no es mi caso.
La única lata (no menor) es que para ir al baño estos modelos son un cacho. Y no vamos a entrar en detalle sobre la incontinencia urinaria, pero todas sabemos de qué estoy hablando. By the way, hay un láser que revierte ese problemita, dicen que no duele y está en Chile (me lo mostraron en Clínica Opia pero no lo probé).
Gracias amigas por sus preguntas inspiradoras. Entremos juntas a la era de los enteros. Bienvenida la posibilidad de respirar en paz y vivir la playa sin hundir una guata que ya, francamente, no se hunde.
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