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Foto del escritorVanina Rosenthal

Feliz día


Aunque no lo mostré hasta hace algunos meses, lo cierto es que este blog nació justo un año atrás. Tres días después de haberme quedado sin trabajo, y gracias a la ayuda de Fer y Javier, una dupla de oro.


Más de una vez conté cómo fue mi proceso, pero aprovechando que teníamos unas horas muertas en el aeropuerto antes de volver de vacaciones, le pregunté a mi hija Sol (va a cumplir quince), si quería escribir cómo lo vivió ella. Cómo fue pasar de tener una mamá empleada hiperocupada y estresada, a una emprendedora con horario flexible (e igualmente estresada).


Hija de mamá y papá periodistas, tiene una sensibilidad súper especial. Aquí su texto, que escribió a mano alzada como si fuera una carta, y yo solo tipié con su permiso:


“Yo había vuelto del colegio y estaba viendo Netflix. Para mí era un día común y corriente, nunca me hubiera imaginado que para mi mamá fue justo lo contrario. Un día lleno de emociones mixtas, despedidas y nuevos comienzos.


Cuando mi mamá entró a mi pieza y me dijo “te tengo que contar algo” me imaginé miles de escenarios, pero debo admitir que no me lo veía venir…


Lo primero que hice fue abrazarla y le pedí detalles porque no me lo podía creer. La verdad es que los hechos no fueron nada trágicos ni terribles, pero para mí fue muy injusto porque mi mamá sufrió y sacrificó miles de cosas por su trabajo.


Ella me explicó que uno no puede anticipar el futuro, pero que siempre hay que esforzarse y salir adelante. Me acuerdo que me dijo que a pesar de cualquier imprevisto, uno siempre se queda con la experiencia, los conocimientos, los contactos y las habilidades.


Yo sabía que mi mamá había estado dudando si independizarse era una buena idea, pero al tener una familia que mantener decidió irse a la segura y tomar el camino fácil de no hacerlo. Pero ahora que lo pienso, no es fácil ni es justo sacrificar tus sueños y poner antes a tu familia. Es extremadamente difícil. Pero bueno, como esa opción dejó de estar disponible no le quedó otra que tomar riesgos y ser libre al fin.


Creo que esta fue la mejor decisión en la vida de mi mamá. Aunque yo no lo creyera posible, ella logró reinventarse a los 41 años.


Yo aprendí que a veces la opción más riesgosa es la que mejor te hace sentir, la que te libera, la que te vuelve tu mejor versión.


Eso aprendí de mi mamá. Que nunca es muy tarde para tomar riesgos".


...


En este día del trabajador, que además coincide con mi primer aniversario como emprendedora, se me ocurrió que la voz de una adolescente podía ser un aporte bueno y distinto. A mí me sacó lágrimas, ojalá a muchas les saque algo de culpa. O las motive a dar el salto.


Es verdad que el camino está lleno de obstáculos, pero ahora más que nunca tengo clarísimo que vale la pena recorrerlo.


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