Las reglas cambiaron tanto que ni el eterno rey del clóset se salva. El pantalón cargo es el nuevo comodín y aporta el toque army a los looks de la nueva temporada.
Sí, ya sé que los bolsillos a los costados no son los mejores amigos de las caderas, pero hay alternativas para todos los cuerpos y, en el peor de los casos, apelamos al layering. Un cárdigan largo sobre una polera básica metida adentro para marcar cintura que camufle lo que no nos gusta, y listo. O una camisa abierta. Esa ténica a mí siempre me funciona. No soy especialmente pudorosa pero prefiero no mostrar lo que no me encanta.
De los soldados a la pasarela. Así de intenso es el camino de esta tendencia que tiene su origen en los uniformes militares y no sé si en Chile se usaba, pero yo apenas me casé (2001) tenía uno de Abercrombie con una línea de raso verde a los costados que no me sacaba por nada del mundo. Lo alternaba con uno muy parecido de Banana Republic, pero que era gris. Recuerdo que eran talla 2… Pero eso es otro tema y no viene al caso.
Como pasa con todas las tendencias, esta también tiene su relación con la historia universal. Cuando los soldados llegaban de la guerra, sus mujeres reutilizaban las prendas creando nuevas piezas. Así nació la moda army, que ha tenido más de un comeback pero ahora parece dispuesta a convertirse en un básico.
Fendi, Givenchy y Alberta Ferreti son algunas de las grandes casas de moda que mostraron esta tendencia en sus últimas pasarelas, y varias influencers se mostraron usándola tanto arriba como debajo de la pasarela.
¿El mejor mix? Mezclarlo con prendas flúor (verde slime, obvio, o naranja) para un choque de tendencias. Ideal para combinar con zapatillas urbanas o Dr Martens.
Para un toque más formal, sumar un blazer que rompa su informalidad original y un par de stilettos. Porque esa es la gran novedad. Los cargo no tienen por qué verse toscos. Si puedes ir con jeans a un cóctel y ser la más cool, también puedes ir con pantalones militares y tacos de 6 centímetros (más, me caigo).
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