Porque canta bien, porque es millonaria, porque es filántropa, diseñadora, cantante, empresaria. Hay miles de razones por la que uno podría admirar a la hija ilustre de Barbados.
Personalmente, amo que sea una category creator. Es un término que se usa en los negocios cuando aparece alguien que rompe los estándares, que se sale de lo convencional e irrumpe con algo distinto. Que patea la estantería. Lo hizo primero con su línea de maquillaje Fenty, obligando a todas las otras marcas a ampliar su gama de colores y ofrecer cosméticos para distintos tonos de piel. Y ahora con la lencería. Una genia.
Pasó una semana desde su desfile en Nueva York y aún estoy en shock. No solamente subió a dos modelos embarazadas a la pasarela (incluyendo a Slick Woods, su musa, que parió un par de horas después), sino que además hizo desfilar a mujeres con sobrepeso y celulitis. Sí, es cierto que otras marcas ya lo han hecho y que el body positive gana terreno, pero ella es Rihanna, en fashion week, con lencería... ¿Quién quiere ahora ser un Angel de Victoria´s Secret? Yo preferiría mil veces ser una chica Savage x Fenty.
Y como si todo esto no fuera suficiente, la artista es la nueva portada de la edición de Allure best of beauty, algo así como la Biblia de la belleza y una de mis revistas de cabecera. The year of Fenty es el título de la tapa y, entre otras muchas cosas, el reportaje explica precisamente que este año ella "reinventó el negocio de la cosmética" logrando que la inclusión fuese realmente visible en todo el mundo.
No tengo mucho más para agregar. Aplauso, medalla y beso para Riri. Se lo merece.
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