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Eduardo Cerda, entre la moda y el arte

La primera vez que escuché sobre él fue cuando recibí una ilustración mía firmada con su nombre, que era realmente maravillosa. Le agradecí por Instagram, y así nos conocimos virtualmente. Después lo crucé en algún evento, y lo vi pintar a mano carteras y zapatillas para Dolce & Gabbana.


Su nombre no es muy conocido para el público, y la verdad es que tiene todo para convertirse en un gran protagonista de la industria de la moda chilena. Por eso lo volví loco para que nos juntáramos en NY a pesar de que los dos estábamos corriendo de un lado al otro.


Eduardo Cerda fue el único chileno que viajó a Nueva York invitado directamente por el Fashion Design of Latin America (FDLA). Una oportunidad única, que por supuesto aceptó. Jamás se había presentado en un desfile. Y ni siquiera tenía lista la colección.


Fueron semanas de trabajar sin parar, montar un taller en Av. Italia con modistas que tenían experiencia en alta costura y entender que lo que le estaba pasando era real.


Su presentación de vestidos pintados a mano, que terminó en una ovación, fue el resultado de una carrera ascendente en la que conviven su labor como docente y su presente como ilustrador y diseñador de moda.


Fueron doce auténticas piezas de arte donde trató de plasmar sus dos mundos: “Quise hacer diseños florales pensando en una mujer que necesita vestirse de gala. Y luego un bordado por el contorno en un degrade de cristales”, me contó el día después de la presentación en New York, mientras cargábamos desesperadamente nuestros celulares en un wireless charger instalado en la barra del Starbucks.


Ya quedó comprometida su invitación para la próxima temporada y su objetivo es viajar con más diseñadores chilenos, “para que se vaya armando una red y una rotación de la industria”. ¿Un sueño? Vestir a María Luisa Godoy para el Festival y también trabajar para Carola de Moras y Diana Bolocco. Ojalá lo logre.


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