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El aniversario-resurrección de Ralph Lauren


Apenas llegué al Central Park me di cuenta de la magnitud del evento. El backstage era gigante. Menos mal que mi amiga Taly Waisberg formaba parte del equipo de maquillaje. De no haber sido por ella, jamás habría logrado camuflarme pare tener acceso a buen material.


Los guardias no tenían cara de simpáticos. Ninguno de los cientos que custodiaban cada uno de los baños químicos y carpas especialmente montadas para preparar a los 160 modelos. Era imposible no detenerse a mirar los colores. No solamente de la ropa (mucho preppy style, rojo, denim, terciopelo, detalles tornasolados y miles de prendas fácilmente usables y combinables entre sí), sino también de la gente.


En la era de la ´moda diversa e inclusiva' Ralph Lauren armó un ejército multirracial y también generacional. Para mí gusto, podría haber incluido alguna modelo XL, pero de todas formas la intención de despegarse de la asociación elitista de la marca me pareció un acierto.


El lugar elegido también fue un gol. Polo es sinónimo de la moda norteamericana y nada más representativo de la ciudad de Nueva York que el Central Park. La marca no estaba muerta, pero sí dormida. ¿Hace cuánto que no hablamos de Ralph Lauren en un reporte de tendencias? Ahí radica, para mí, el gran éxito de esta celebración por los 50 años de la marca. Ahora Polo volvió a ser cool. Súper cool.


Aunque probablemente no lo sepan (es difícil tener buena info cuando se reportea fashion week desde el computador), no hubo uno sino dos desfiles. El primero fue a las 18 hs para prensa y clientes, y el segundo fue a las ocho de la noche. A ese asistieron desde Oprah hasta Hillary Clinton y Steven Spielberg (se sentó al lado de Anna Wintour). Desde Pierce Brosnan y Jessica Chastain hasta Robert De Niro. La lista de invitados VIP fue realmente de impacto. Y todos se quedaron al after party, en la misma terraza. En mi opinión, celebrando la resurrección del auténtico gigante de la moda americana.





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